Me enteré ayer que existe una modalidad de sopa que no conocía y que, desde luego debería conocer. Me hablan de la «sopa maravilla» y maravillado ante tal nombre sopil busco cierta foto en internecio y me encuentro que es la «sopa de puntos» de mi casa, que aunque siempre me pareció de hecho una maravilla, es evidente que es un punto que lo llamen de esa manera.
Si las sopas fueran como las relaciones, lo lógico sería aspirar a comer de esa sopa maravilla cada día de tu vida. En todo caso:
Existen sopas que están muy calientes y que te dan la impresión de no enfriarse jamás. Sopas que queman progresivamente tu lengua y de tu vida, tu paladar.
Existen sopas que son excesivamente fuertes y que hacen a tu estómago llorar.
Existen sopas sibilinas que tienen magia, pero solo al empezar.
Sopas que no parecía que fueran contigo, pero que al sazonar te encantarán.
Sopas que deben acompañarse de vino, solo el alcohol las podrá salvar.
Sopas con elementos externos, y otras carnes las invadirán. Son esas sopas sin gracia que nunca debiste empezar, y lo hiciste por entrar a aquel restaurante sin reservar.
También existen esas sopas con chicha que descubres en la amargura del limón, su gran cualidad.
Sopas donde cucharada a cucharada solo bebes caldo y dejas la pasta arrinconada
Sopas donde te comes toda la pasta y no puedes beber más puto caldo.
Sopas donde te gusta el plato, pero no la sopa y donde te gusta la sopa pero odias ese jodido plato.
Sopas donde alguien te cuela hígado o sobras que tú no sabías que existían en tu sopa, y te sientes estafado porque eso no es lo que habías previsto para tu comida pero tienes que vivir con que ya has probado ese trozo de hígado injusto.
Existen sopas donde la sémola que compraste en una marca de casta y relumbre es un asco y sopas que compras de una marca pequeñita y es una joya y nadie lo valora más que tú.
Al final la sopa maravilla debe hacerse con unos ingredientes, según me sigo enterando, pero cuando la tenía a ella delante la única maravilla en mi sopa era el reflejo de sus ojos. Y en ese momento me acerqué a mi sopa y vi que quería ver ese reflejo todos los días de mi vida sopil.
Supongo que hay veces en la vida en los que te tienes que parar a vivir, y cuando lo haces, es posible que mires a tu sopa y te preguntes si es la sopa maravilla de tus sueños lo que te estás a punto de comer.