Tus cordones y el tren de la bruja

Superaste aquel trauma gracias a que tuviste otro aún mayor.

¿Pero lo superaste o te superó él a ti y tú sólo seguiste viviendo?

¿Te atas los cordones de los zapatos bien o simplemente te los atas y los escondes?

A veces ocurren asuntos que jamás se cierran bien. Te tropiezas cuando te pisas o te pisan esos cordones y es culpa tuya el hecho de no haber tensado más esas fibras cuando debías. Quizá no era el momento de aprender nuevos nudos. Valía el de siempre. Pero nuestros pies ya no son los de siempre. Caminan muchos kilómetros en muchas direcciones y no todos los nudos de cordones valen para todos los caminos y direcciones. No cambiaste ni de nudos, ni de zapatillas y ahora te duelen los pies al andar.

Superaste aquel trauma gracias a que tuviste otro aún mayor.

Y no te quieres acordar de aquello porque ya eres fuerte. Lo eres.

Pero eres fuerte a base de palos, te has hecho fuerte con ellos.  De hecho, son ellos los que te han hecho así. Pero tú tenías que haber visto desde lejos a esos palos de antaño. De pequeño sabías por donde iba a aparecer aquel truhán vestido de bruja de aquel infame tren de la bruja pero a ti siempre te sorprendía que estuviese ahí. Caminas entre traumas, cordones mal abrochados, y antiguos nudos sin saber exactamente que te vas a montar en otro tren de la bruja si no te pones las gafas del topo, si no te enteras de una vez de qué han ido y por qué han ocurrido los palos de tu jodida vida.

Los novios que existen

Hay muchos novios en el mundo.

Aquellos que miran a su novia, pero no ven nada.

Aquellos que solo ven carne en «su» mujer sin saber que para ser su mujer, tienen que ver también un cerebro y una personalidad.

Aquellos que sólo ven una voz diciéndoles cosas que a veces les gustan, las menos, y otras no, las más.

Aquellos que ven un alma, pero nunca un cuerpo. Y son infantiles y estúpidos.

O sólo unos labios, o un morbo, o unos recuerdos. O una posición social, o un compromiso absurdo.

O sólo ven problemas, pero no saben resolverlos y no se enfrentan a ellos.

Novios hay que también son capaces de emocionarse pasando un solo segundo con su novia.

Que saben que han nacido para esas emociones.

Que saben que están en este universo para vivir los piel con piel más impresionantes que existen.

Que saben que en este puto mundo su destino podría definirse en saber que están mirando a la persona que debían mirar en ese justo momento de la historia de la humanidad.

Y que saben que los impulsos son imparables, que todo es inferior a lo que viven con ella.

Y esos novios existen. Y tú puedes serlo, o puedes tenerlo. Lo único que hay que hacer es replantearte las cosas. Qué tienes. Qué quieres tener. Qué harías para lograrlo. Qué eres capaz de hacer con tu vida. Más que nada, porque quizá solo tengas una vida en este puto videojuego en donde nos creemos que jugamos.