Yodo olvidado

 

Yodo olvidado, agua oxigenada en el corazón, triste buho frío con nombre de hijo de dios y una pera con bigote que se pega en un post-it con un salmón ahumado lleno de urticaria.

Doble o nada en la llamada, italiano para principiantes, el eterno temor de su locura contra la mía, la ecuación inconexa por su vida imposible de vivir por nadie excepto por ella. 

El dulce recuerdo de amor entre unas plantas de los pies que ahora recorren vidas sin denominadores comunes tras haber bajado del numerador de manera innecesaria.

El pozo, el abismo, la estación cada vez más oscura, la conexión del relax en directo y el bailecito que me pierdo. Quién extraña. Yo extraño todo.