Elijo escribirla. Elijo no escribirla. Oye, elige bien lo que haces. Elijo que descubra cómo soy. Elijo descubrirla. Elijo pensar que hoy soy el EL de EL y ELLA. Elijo quererla tanto que mis átomos se destruyen y se recombinan instantáneamente en suspiros infinitos de la fuerza y las ganas que tienen por estar a su lado.
Elijo ser su hombre, de hecho, elegí ser su hombre antes de venir. Elijo suerte, elijo locura, elijo tremenda originalidad, elijo su manera de colgar el teléfono, elijo bacon y estilo y zapatillas pizpiretas, elijo su pelo cayendo, sus labios, y su manera de andar, elijo no quedarme con una sola cosa de su cuerpo, elijo la primera ducha, elijo patatas con nombres de los años 50, elijo caricias de vigilia. Elijo estar al borde, elijo no ver el horizonte de lo inmenso que es y llorar por ver lo que veo y por ser como soy.