Hay fotos, imágenes que tienes que ver en tu vida en algún momento. Están ahí. Aparecerán y aparecen. Se clavan como chinchetas en tus intestinos, sacan lo mejor de ti, lo normal, y lo peor.
Pero estás ahí viéndolas, y no tienes escapatoria. Son chinchetas que vuelan como colibrís, girando y queriendo matar tus mariposas. Si se paran ves la imagen en su cabeza redonda. Si siguen girando puedes cogerlas y ponerlas en el corcho donde pone «pasado», ese tan difícil de mirar si lo anhelas, ese tan facil de mirar si lo superas.