Todos hemos tenido miedo de un pasillo a oscuras. Nos esperaban los monstruos allí en la oscuridad. Estaba tan claro. Y realmente no había de qué preocuparse. Era todo sugestión.
Se podía desandar el camino del pasillo en donde te esperaba el monstruo al final, encender la luz y ver que no pasaba nada y que no había tal monstruo. Se podía hacer y debía hacerse.
La vida muchas veces da miedo porque te crees que es imposible que no haya monstruos al final de tu pasillo pero solo hace falta tranquilizarse, dar la luz y ver que no pasa nada. Podemos pasar por allí, ir a la nevera, beber agua y estar tranquilos. Volver a la cama tranquilamente porque nadie nos va a cortar la luz. No existen esos putos monstruos.