La siguiente patada

En tu vida hay muchos «ojalás» que deberían ser «seguro«, hay mucho «ya veremos» que debería ser «sin ninguna duda» y hay muchos «estoy bien» que en realidad son muchos «estoy jodido» y no tienes huevos de decirlos  pero resulta que luego son ellos los que te duelen por las patadas que recibes ahí y lo más acojonante, valga la redundancia (y siempre vale), es que sigues esperando que no te duelan mientras sigues abriendo las piernas para que pase el siguiente pateador. Y la fila de pateadores es interminable. Y tú ahí dolorido. Y no lo entiendes, encima. Y lo fuerte, lo tremendamente fuerte es que encima es culpa tuya por permitirlo. seguir leyendo

El limón de tu cocacola

Durante miles de comidas absurdas he estado quitando la rodaja de limón de mi coca-cola. No es que me moleste, es que simplemente me perturba y no le veo utilidad ninguna. Ya es suficiente con no saber qué lleva ese líquido negro como para encima aumentar el pH. Todos se lo ponen y yo siempre tengo que ir quitándolo y creando charcos ácidos en las servilletas.

Siempre lo he quitado. Siempre. Hasta que llegó ella el otro día y me lo quitó. Ella me quitó el limón de mi coca-cola. Me quedé a nivel interior, en la cueva de mi pingüino, totalmente en shock. seguir leyendo